Stand by me, I´m not alone... not alone not alone not alone not alone


domingo, 13 de noviembre de 2011

Ojos de arena

Allí estaba con sus ojos amarillos, del color de la arena y de la miel, pero una miel dejada tostar al sol de cualquier día de primavera en la montaña, entre amapolas y susurros de ramas bailantes.
Cada vez que aparecía clavaba su intensidad en ella, que no podía despegar su vista de él.
Siempre era como si se hubiesen dicho algo alguna vez o como si tuviesen mucho que decirse, o simplemente el pensamiento, el recuerdo por intentar adivinar cuándo fue la última vez. Quizás siempre lo fuera, el tiempo y su coincidencia, su casualidad de la mano del azar terminaba, de alguna manera, por mucho tiempo que pasase, provocando reacciones instantáneas, poniendo en funcionamiento la maquinaria de la química que fluía y casi explotaba con sólo una mirada.
Después venían las sonrisas. Como si del efecto de un imán se tratase ellas se cruzaban esquivando a la gente, se acercaban a pocos centímetros o se saludaban clandestinamente en la distancia.
Y por fin hablar, sin dejar nada por decir y con la sensación de aún tener miles de cosas por descubrir el uno del otro.
Y al fin algo, quizás dado por perdido, quizás ni siquiera nunca antes intentado. De lo humano, de lo que no atiende a razones, sólo a la pasión. Y el calor, y el cariño, y el abrazo. Descubrirse a gusto.
Y entre farolas y árboles, con la oscuridad de la nueva noche y su piel canela lucieron de nuevo aquellos preciosos ojos amarillos y salió de su boca un silencioso quizás muy pronto envuelto de la veracidad de un me marcho para siempre. Ella cerró los oidos del corazón y prefirió observar y estar atenta a una nueva visita de la casualidad.

martes, 1 de noviembre de 2011

Vacío

-No, eso no es exactamente así
-Pero está llena ya…
-No lo creo
-Explícame qué ocurre y qué ocurrirá después
-Sólo eso, sólo nada
-Pues no lo entiendo. Dejé de entender hace mucho tiempo, desde que tengo uso de razón y a medida que crezco aprendo, pero entiendo menos… cada vez menos, te lo aseguro.
-Bueno, te endulzaste los labios pensando que ese sabor iba a durar eternamente, pero amiga, aquí nada es eternamente, eso es algo que debes recordar…
-Tengo tantas ganas, pero la tengo tan llena, tan hinchada, tan inabarcable, ¿tú me entiendes, soy distinta o semejante?
-Hago por ello, pero tranquila, nos separa menos de lo que nos une. Quizás pronto encuentres el agujerito por el que deshinchar la realidad…
-Me encantaría… me encantaría…
-Debes hacer ya la maleta, llenar este vacío de cosas…
-Me siento tan lejos, tan llena mi esperanza… de vacío…
-Pues hazla, no lo pienses, allí seguro que te espera algo mejor
-Sólo quiero tranquilidad, calidad… porque está tan llena que ya no sé dónde voy, ni con quién, ya no sé quiénes están y quiénes no, ya no sé con quién cuento. Estoy harta, estoy cansada.
-Pues no se hable más, toma las riendas y llévalas donde quieras llegar, sólo tú puedes hacerlo, aprieta bien fuerte el timón y no lo sueltes nunca
-¿No se me escapará, me perderé?
-No, eso no es exactamente así…

viernes, 28 de octubre de 2011

Enamorado de gozo


-¿Has estado alguna vez enamorado?- pregunté mientras hundía mi mirada en sus profundos ojos marrones, nadando en un mar de oscuridad, buscando quizás alcanzar la respuesta que diese fin a mi desaliento, que alagase mis oídos…
-Sí –aseguró él sin dilación, mas con denotado asombro en su gesto clavó la respuesta en mi semblante, su ceja arqueada me insistió y por fin salté.
- Pero, ¿enamorado hasta el punto de dolerte cada segundo que no tienes a esa persona a tu lado?, ¿hasta el punto de sentirte desdichado si no compartes el aire de su respiración, si no hueles su aroma ni sientes cerca sus calidas manos…? ¿enamorado hasta el punto de necesitar?¿enamorado de gozo?
-Mmm, qué quieres que te diga…-y antes de que su sentencia fuese una frase hecha, sin querer oír una conjunción de casualidades o una explicación pobre del tipo que cada uno siente de una manera o cada uno lo vive diferente o que sé si yo ni si yo que sé, le rogué sin más.
-Dime que se repite, dime que vuelve a suceder, dime que sabes lo que es y que pasa más de una vez…
Me miró de nuevo a los ojos, su ceja ya no escondía la sospecha, ni el temor ni la duda, sus ojos buscaron la profundidad de los míos, el convencimiento, sus manos agarraron fuertemente mis hombros…
-Te lo prometo- añadió,
y así me tuve que quedar, esperando superar la desesperanza, sin imaginarme que volvería varias veces la añoranza…
y aunque no lo tengo tan claro, esperaré a que sea verdad.

lunes, 24 de octubre de 2011

Mi playa


16 de Septiembre 2011

Una vez más esta playa,
nubes rosas para su atardecer
y sólo yo en el agua, nadie más
solas ella y yo y mi soledad.

Su negra arena, mi tierra,
era mía antes incluso de saber andar sobre ella.
Y nunca llegas a saber andar del todo..

Una vez más esta playa,
llenando como tantas veces mi pelo de sal.

Aquí canté con el silencio,
bailé con el vaivén del mar,
amé,
adoré su belleza,
me llenó de anhelo eterno
hacia sus aguas
me enseñó el respeto
a su fuerza.

Lloré, reí jugué,nadé,
millón y medio de infinitas cosas.

Todo avanza y cambia.
El tiempo hace espirales,
enreda y desenreda,
estira y vuelta a empezar.

A pesar de ello siempre elijo un momento para volver a éste, mi lugar.

Siguen las llaves colgando.
La cortina no se aburre de invitar al Alisio a echar un baile más.
La puerta aún abierta de par en par...
Ausencia de miedo.
Tranquilidad.

Yo me fui,
pero hay muchos que siguen por aquí.
Oigo a la voz de Ana en algún lugar,
escondida entre las plantas que rodean el camino de la playa.
A Carlos y Luisa los encuentro en la plaza.
Intento volver a andar por aquella escalera de laja.
Mirando al suelo, traslado mis pies a aquel momento.

Como cada año, hoy he vuelto
he visto el atardecer desde sus aguas
no había nadie más...
solas ella y yo

He recordado tantas y tantas cosas...
siempre la llevo,
aquí crecí
y aquí siempre flotará mi corazón.

Mi playa.

lunes, 29 de agosto de 2011

Quisieras


A veces no nos damos cuenta de la realidad hasta que se nos planta delante de la cara, sin cortapisas, sin más…
¿Fue ayer cuando eras pequeña y te apretabas, te estrangulabas con tus propios brazos y creías que nadie podía deshacerte?
¿Fue ayer cuando te asegurabas segura de todo? ¡Qué claro lo tenías todo ayer! ¿Qué te ha pasado hoy? ¿Quizás te hayas sorprendido a ti misma con las manos en la masa? Te creías muy lista…
¿Sorprendida? Hoy quieres coger la realidad y estrangularla y romperla en mil pedazos. Hacerla volar por los aires en un estallido de mil colores que te cieguen y no poder verla. Quieres volver a cerrar tus brazos por haberte permitido llenarlos de nada o de algo. Quieres recordarte a ti misma que no hay que andar corriendo. Mil carreras, mil prisas, mil estupideces, mil pensamientos en el aire. Sólo aire, sólo eso, y aunque parezca otra cosa a veces no es nada más.
Querías una cosa y ahora quieres otra. Ni te entiendo, ni te entiendes, ni te entienden, ni entendemos nada. ¿A quién pensabas engañar fingiendo lo que buscabas? Te has dado con tu propia verdad, tu propia realidad en la cara. Quizás todos busquemos lo mismo, al final.
Quizás sólo necesites una bofetada de paciencia. De más paciencia. Pero, tranquila, has avanzado, has aprendido.
Aunque hoy quieres aprender a no saber. Quieres aprender a no querer adivinar. A pausar al tiempo. Quisiste ser capaz de no pensar como a veces hacías y te sorprendiste a ti misma haciéndolo de nuevo. Quisieras borrar el tiempo y no haber sentido como si no hubiera pasado. A veces parecen años y otras veces no parece… y te sientes igual y revives y recuerdas, quisieras no haberlo hecho. Quieres saber no recordar. Y sigue siendo ella, como dice la canción, “pero con otro rostro y otro nombre diferente y otro cuerpo, pero sigue siendo ella”.
Y quisiste no querer nada de lo anterior.
No temas, no deberías temer, quizás todos busquemos lo mismo, al final. Sólo me queda darte aliento, pues la vida siempre tiene algo con lo que sorprendernos… y parece que cuando creías que lo sabías todo, resulta que no sabes, ni siquiera que aún te quedan millones de cosas por aprender y eso sólo para empezar...

sábado, 20 de agosto de 2011

¡Basta ya de violencia policial!


La brutalidad policial de los últimos días en Madrid será investigada...



Esos antidisturbios tuvieron órdenes de no agredir a los manifestantes durante las movilizaciones de Mayo en Madrid. ¿Por qué? Porque Madrid, su policía y su gobierno estaban en el ojo del huracán, porque decíamos ser pacíficos y porque todo el mundo estaba pendiente de lo que estaba ocurriendo en Sol, agresiones policiales estropean la imagen de España de cara al mundo. Esa ira, ese odio y esas ganas de repartir leches a diestro y siniestro las han ido acumulando los señores agentes durante todo este tiempo y lo han demostrado con amenazas y agresiones verbales. ("A ver cuando empieza la fiesta", "Como te coja puta te voy a destrozar", "solo espero una orden y cuando la tenga... vais a saber lo que es bueno", "me muero de ganas de arrancarte a tirones ese pelo de guarro" etc etc, increible pero cierto...)

Ahora era la ocasión perfecta, el mundo distraído con la maravillosa visita del Papa a Madrid y lo bien que se lo ha montado el Estado español acogiendo a todos estos peregrinos y la millonada que ha pagado el Estado (25mill de euros) por todo esto (a pesar de no tener dinero para pagar sueldos a la población, a pesar de tener que reducir el sueldo de los funcionarios, despedir a millones de trabajadores y hacer desaparecer millones de puestos de trabajo, necesarios por otra parte). El mundo atento al Papa y la orden por parte de los de arriba a la policia de barrer Sol, de repartir golpes hasta que no kedase ni una uña de asquerosos jóvenes rebeldes y revolucionarios, terroristas antisistema, violentos, bandálicos y la peor calaña en las calles de Madrid.

¿Se les ha ido la mano?, las he visto peores (las ostias me refiero) en manifestaciones que ni si quiera salen en la tele, eso, mira por donde, quizás tengamos que agradecérselo al Papa, han venido los periodistas de los medios convencionales. (Porque en estas manis de las que hablo que no salen en la tele tb hay periodistas, pero de medios alternativos y de contrainformación, es decir de esos medios que tratan de cubrir esos acontecimientos que no tienen cabida o hueco en los medios de dinero y poder). Pero en estas manifestaciones de los últimos dias 17, 18 y 19, como en las de mayo, habia periodistas de TVE, El País, Público, El Mundo, etc etc y a ellos tb les han tocado, les han apaleado... y por ello, damas y caballeros, algunos medios, más dignos que otros, han decidido denunciar estos acontecimientos... vease los siguientes enlaces:



http://www.lasextanoticias.com/noticias/ver/la_brutal_actuacion_policial_sera_investigada/391043



http://www.lavanguardia.com/20110820/54202072392/la-asociacion-de-la-prensa-de-madrid-exige-una-investigacion-sobre-los-excesos-policiales-con-period.html



También les agradezco a mis compañeros de la prensa, la frontera que con dos ovarios (se me quedó grabada la imagen de una mujer cámara) decidieron hacer ayer en un momento de carga policial, se pusieron en medio con sus cámaras como arma dejándonos pasar detrás de ellos. Mientras corría y vi aquellos grandes focos apuntándome en la distancia supe que detrás de ellos estaba a salvo... hubiera sido muy hardcore que la policía arramplara con cuatro camaras de television.

Gracias.

Además, la gente que me rodea está empezando a entender más y a ver con mejores ojos a los periodistas, que simplemente somos (y empezaré a incluirme) el ultimo escalón, unos pringados mandados que desde arriba nos vemos muchas veces impedidos a trabajar y contar libremente. Y, generalmente, gente con una sensibilidad especial.

Gracias, compañeros y compañeras.

jueves, 4 de agosto de 2011

Bienvenida


Cuánto tiempo llevas encerrada en esa cajita de cristal, desde la que se ve todo, pero no se siente…
Un día despertaste y alguien tuvo que hacerte reaccionar, y te diste cuenta de que aún estabas viva…
Miraste a tu alrededor y viste el desorden de tu vida. Un buen día una gran amiga te dijo que sólo se vive una vez y que hay que dejarse y disfrutar de las cosas, de cada momento.
Quisiste abrazarla fuerte para que sintiera la enorme fuerza y tranquilidad con la que te impulsa constantemente su amistad…
Un día despertaste y decidiste ordenar, quitar las montañas de ropa, los millones de trastos y abrir la puerta, dejar un espacio para que entre el aire a refrescarlo todo…
Estás a un paso de salir, aunque aún de vez en cuando optas por volver y esconderte,
Te quedaste quieta en un punto y no habías sido consciente de ello, quizás esperando algo, añorando o simplemente asimilando cosas que, seguramente nunca estén de vuelta…
Cuánto tiempo has mantenido los minutos pausados en esa cajita de cristal, frágil por dentro y dura por fuera…
Con el reloj parado y el corazón ausente…
Con la manta en la cabeza y el espejo roto, sin fotos, sin ganas, sin atreverte a ganarle la partida a tus miedos, en un estado de pasarela hacia ninguna parte…
Como si fuese a durar siempre, como si después no hubiera nada más…
Olvidaste que a través de los cristales los demás también te ven, por mucho que te ocultes…
Olvidaste tu fortuna y lo dispuestos que están los que te quieren a romper, con el detalle más mínimo cualquier cristal…
Dormías sin saberlo y, poco a poco, despiertas…
Por duro que sea, quizás merezca la pena volver…
Bienvenida de nuevo.

lunes, 1 de agosto de 2011

Un bis eterno

Si volviera a nacer sería pianista, o violinista o algo así… me dedicaría solo a la música a componer y a compartir…
Bailaría esta canción junto al mar, mis pies no descansarían, se moverían de un paso a otro marcando con su movimiento cada nota… giro tras giro marcando con formas arena y agua…
Te gusta Damián? ¿bailarías conmigo? Vamos a bailar ahora que parece que va a llover… deja que el agua nos inunde la piel… luego se lo contaremos a todos, nos guardaremos lo inexplicable para nosotros…
Y la repetiremos cuantas veces queramos, será un bis eterno...


Viviría y moriría danzando… y lo haría feliz…

viernes, 29 de julio de 2011

La supervivencia de las ideas anarquistas


De todas las ideologías nacidas en el siglo XIX, el anarquismo era la más improbable. Fue, ese siglo, pródigo y prolífico en invención de ideas y organización comunitaria: del socialismo al nacionalismo y del sindicalismo al sufragismo feminista, sus despliegues posteriores no son más que germinaciones barrocas de esas semillas originarias. Y todas ellas fueron históricamente necesarias, refugios de la tormenta industrial o bien músculos dispuestos a dar cuenta de los restos del antiguo régimen, o del nuevo. Pero el anarquismo no. Fue una aparición asombrosa, o más bien la anunciación de un problema insoluble tanto en el marco cultural de los regímenes liberales y conservadores modernos como en el del próximo "mundo igualitario" del comunismo. Los anarquistas propusieron a la consideración pública la cuestión del poder separado, es decir, del orden jerárquico, presentándose a la vez en sociedad como su antípoda.

Se diría una anomalía política tremebunda o una nostalgia del edén, de cuya eficacia podía dudarse. Un ideal de destrucción de Estados, cárceles, policías, ejércitos, tutelas religiosas, matrimonio burgués, consumo de proteína animal, y del lucro. A pocos años del primer despliegue europeo del anarquismo, hacia fines del siglo XIX, era fácil prever su dificultosa instalación pública, su crecimiento demográfico en cuentagotas y su posterior travesía por el desierto. Al anarquismo se le diagnosticó una muerte prematura, y aunque el ultimátum no se cumplió en fecha, es cierto que su fertilidad y potencia menguaron decisivamente poco antes de la Segunda Guerra Mundial. De modo que la supervivencia de sus consignas y el renacimiento ocasional de su nombre de guerra resultan ser -para la filosofía o para la policía política- poco menos que un milagro. La "Idea" -así la llamaban- sucumbida en combate durante la guerra civil española reapareció travestida en las jornadas de mayo de 1968, osmótica en los bordes del feminismo o del ecologismo, condensada en rabia punk, espolvoreada entre situacionistas y prófugos del marxismo, en fin recuperada por bandadas migratorias de adolescentes. En política se dice que los muertos no cuentan, aún cuando de vez en vez hayan votado, y que las voces testimoniales no son otra cosa que la lírica de los derrotados. ¿Es entonces una rémora del pasado, una astilla incrustada e ineliminable o un defecto de nacimiento de las democracias modernas?

Las señas de identidad divulgadas se corresponden con una forma monstruosa: la violencia, el radicalismo, el atentado, el gesto anticlerical, las exigencias desmedidas. Y aunque algunos de estos atributos no les son ajenos, la historia de los anarquistas no se condensa únicamente en una garra nerviosa sino en múltiples obras y actividades constructivas, y no pocas de índole cultural. Eran empujados por un ansia de redención y de urgencia, y ese encastre mutuo les concedió un aura de jacobinismo intransigente. Súmese a ello, además, la pretensión de un mundo liberado de toda forma política piramidal. Un mundo acéfalo. Sorprende que las propuestas anarquistas hayan conseguido lectores, simpatizantes e incluso arraigo popular, ya que un programa tal de transformación de símbolos e instituciones milenarias parece carecer de plausibilidad desde el vamos. Pero a veces las sectas religiosas o políticas alcanzan a coronar su dama y otras veces una sola roca en el desfiladero logra obturar el paso del torrente. El anarquismo no fue el fruto más áspero madurado en el árbol del socialismo, no fue simplemente un "maximalismo" o una secta purista, o bien un hito importante de la historia de la disidencia humana. Era el apodo de una esperanza, la del fin de la opresión y la indignidad, que mostró al hombre moderno los límites impuestos a sus posibilidades antropológicas. La revolución social que pregonaban suponía previamente una metamorfosis cultural, una subversión del carácter, el hundimiento del yo anterior a fin de conquistar la autarquía personal. Y por eso mismo el anarquista siempre usó el rostro bifronte de Lázaro resucitado y de Espartaco.

El modelo usual de la representación política es inconciliable con las ambiciones anarquistas, porque el objetivo anarquista es la crítica y destrucción del poder separado, en cualquiera de sus formas. Tal es el primer mandamiento de su filosofía política y de su filosofía práctica. Y no fueron solamente sus actos impulsivos y sus personalidades irreductibles la causa del halo luciferino que les fuera endilgado; también lo fue el hecho de pretender derribar al pétreo dios de la jerarquía, al que distintas sociedades han padecido o resistido a lo largo del tiempo pero al que nunca fueron capaces de imaginar acéfalo, excepto en las utopías felices. Donde otros colocaban cimientos a fin de erigir en vertical, los anarquistas cavaban hacia abajo. Así, erradicaron el uso del dinero en Aragón, en 1937, o derribaron la cárcel de mujeres de Barcelona a fuerza de pico y de maza, en 1936, o se negaron a testificar en juicio o desertaron ante el llamamiento a filas o rechazaron la fiscalización estatal y religiosa en cuestiones emocionales o se negaron a enrolarse en partidos, aún cuando no dudaban en tomar partido por los oprimidos y los perseguidos. No son decisiones sencillas de asumir y de llevar a cabo. Cabe barruntar un elan puritano en el anarquismo, que tanto los condujo a recusar al poder como a mantener una relación distante con el dinero. Sendas constantes históricas resultaban ser equivalentes a Babilonia y Babel, es decir, creaciones humanas equivocadas o corruptoras. Su opuesto era el grupo de afinidad que, juntamente con el agrupamiento sindical, fue su invención organizacional específica y duradera, un espacio político y emocional en que se calibraban adecuadamente las relaciones entre medios y fines. Sus organizaciones no eran instrumentales, centralistas o unívocas. Eran nidos de hermandad.

Al comienzo no eran más que un puñado de personas diseminadas por Europa alrededor de varios padres fundadores cuyas obras nutrirían su patrística: Bakunin, Proudhon, Kropotkin, Malatesta; luego serían cientos los "apóstoles de la idea" que la dispersarían por ultramar e incluso por China y Japón: publicistas, conferenciantes, simpatizantes y perseguidos; paralelamente se contaban por miles a los anarco-individualistas que resguardaban una forma irreductible de vivir las ideas anarquistas; más tarde llegarían los organizadores de sindicatos y huelgas: ceneteros, foristas, wooblies; y junto a ellos los indómitos y los "indisciplinados", casi siempre fuera de la ley y sólo atentos al cristo de sus convicciones: las bandas de expropiadores, los falsificadores de dinero, las milicias libertarias renuentes a ceder su independencia a un Estado Mayor de ejército durante la guerra civil española; y seguirían los cientos de guerrilleros antifranquistas y los partisanos ya experimentados que se integraron al maquis y a la resistencia contra el nazismo; había ácratas también entre los miles de internacionalistas que viajaron a España; y al fin están las inflorescencias espinosas o imprevistas a que dio lugar el anarquismo: los regicidas, las "mujeres libres", los crotos; y más adelante los anarco-situacionistas, los punks, los squatters, y otros. Y sin embargo siempre fueron pocos, una especie en peligro de extinción, aves fénix. La flora y fauna anarquista es el fruto y cría de una evolución plástica, cuyas mutaciones se combinaron entre sí o se enrocaron con otras ideas y prácticas entre 1850 y la actualidad. La migración anarquista fue un proceso exitoso aunque caprichoso, al igual que los desplazamientos de un caballo por el tablero de ajedrez.

A fines del siglo XX, el derrumbe del mundo comunista pareció darles la razón a los anarquistas como también abrirles la puerta del exilio político en que habían quedado confinados, a veces por propia impotencia o necedad. Habían advertido, mucho antes de la Revolución rusa, contra las tendencias autocráticas de los partidos bolcheviques; habían denunciado incansablemente los oportunismos y crímenes de los Estados socialistas; habían desconfiado del castrismo y rechazado sus mazmorras tropicales; jamás se sintieron excitados por la buena nueva del foquismo; y los nuevos gobiernos implantados en los enclaves descolonizados del Asía y África les resultaban abyectos, cuando no simplemente pandillas de delincuentes. Habían profetizado el desastre jacobino, del que no estaban deseslabonados del todo. Pero su acertado pronóstico no les concitó reivindicación para su causa ni les atrajo reclutas liberados de sus personalidades autoritarias. El anarquismo sigue siendo el nombre de una soledad, quizás porque su porvenir depende menos de ser la herencia inmaculada del socialismo como de evidenciar de vez en vez el retorno de lo reprimido en política. De otra forma no se entendería cómo después de tanta derrota, asesinato, encarcelamiento, desgarramiento intestino y fracaso aún sobreviven -e incluso prosperan- tantos nichos anarquistas en todo el mundo.

"Vive ahora como si así quisieras que se viviera en el futuro". Esta era la divisa de un rincón del anarquismo que apenas ha sido estudiado, aquel en donde se aunaron el individualismo anárquico con la bohemia intelectual influenciada por el vitalismo y el psicoanálisis. En la historia de las ideas, los nombres de Max Stirner, Emile Armand, Otto Gross y María Lacerda de Moura suelen ser mencionados -en el caso de que ello ocurra- a modo de cita a pie de página. No obstante, la corriente anárquica que postulaba el "derecho natural al placer" disfrutó de influencia duradera sobre ideas que por entonces hubieran sido llamadas "de avanzada", además de haber promovido diversos experimentos comunitarios o experimentales. Amor libre, respeto del criterio individual, libertad en cuestiones sexuales, promoción de la planificación familiar o "procreación consciente", denuncia de las represiones emocionales y de los tradicionalismos, anticlericalismo, feminismo. Al poner en locución pública temas que eran tenidos por tabú, los anarquistas antedataron en mucho tiempo la irrupción de las demandas de transformación de costumbres propias de la década de los 60, lo que suele conocerse por "revolución sexual". Los anarquistas jamás consideraron que esos fueran temas a ser postergados, y una suerte de furia por la sinceridad que siempre concedió el tono alto a sus publicaciones hizo que fueran promovidos a la primera plana. Al hacer hincapié en los dramas asociables a la alienación existencial el anarquismo supo testear la insatisfacción del hombre moderno.

Modernamente, el anarquismo ha sido un elemento de desorden fértil que tanto se derramó sobre los bordes de la experiencia social humana como sobre los centros de gravedad de los dramas populares. El hambre y la autocracia eran sus bestias negras, y no han dejado de serlo, como tampoco todos aquellos que recomiendan la horca ante un mero dolor de huesos o que prefieren los sátrapas a los demagogos y viceversa, pues el principio orientador del anarquismo en política se condensa en éste lema: "no mandarás sobre otros y no dejarás que otros manden sobre ti". Es un lema imposible, entendiéndose que no es incorrecto el mandamiento sino la forma del mundo. Y es por eso que los epítetos que son arrojados sobre el anarquismo cuando reaparece insólita e insolentemente de vez en cuando son alarmistas. Sus refutadores saben que detrás de esos fuegos de artificio laten los pulsos urgentes del malestar social con el poder separado, que ni democracias ni comunismos han podido conjurar del todo. La anarquía no es el nombre de un testimonio arqueológico ni el de una ictericia inofensiva, sino el de un enigma irresuelto de la política. A siglo y medio de su nacimiento no se ha inventado una crítica al poder de mejor calidad.

Christian Ferrer
http://www.nodo50.org/tierraylibertad/235.html#articulo7

viernes, 15 de julio de 2011

Tal vez mañana

La calmada hora de la siesta cae sobre la plaza. El calor del verano aprieta a los que buscan cobijo bajo techo y cuatro paredes, los afortunados al rumrum de un ventilador o del aire acondicionado, los que no, humedecen sus sueños en fatigados mares de calor.
La fuente le canta a la plaza que la vida sigue ahí, aunque parezca paralizada por la tarde. El silencio de algún transeúnte cabizbajo y aletargado se mezcla con tus andares cuando, como perdido, irrumpes en ella.
Guitarra al hombro andas a paso firme parece que sigues un rumbo fijo. Los negros rizos caen hasta tu hombro bailando la danza de tu cuerpo que le lleva la contraria a este bochorno que todo lo ralentiza, que deja al mundo suspendido en un quizás después o en un tal vez mañana.
Sonríes y observas la realidad que te rodea, el paisaje que te acompaña en tu paseo hasta acaso un hogar, un parque, un poco de sombra, tal vez sólo hasta la boca de metro más próxima.
Te he escuchado cantar allí abajo, dando luz y ritmo a las penumbras de los túneles, como lo hacías en la pradera de aquella universidad en la que bien pronto dejaste de sentirte a gusto, donde hablabas sin parar de ese grande del flamenco que te hacia soñar despierto.
Hoy despiertas de esos sueños de metro y medio a más de uno, con tu sonrisa picarona y esas simpáticas pecas de tu cara. “Una monedita por la buena música” y tus ojos siempre recaen y dudan de mí. Nos hemos cruzado varias veces, en un metro, en la tarde de esta plaza, me miras y no aciertas, no sabes quién soy, yo sí te reconozco a ti.
Un día estuviste seguro de lo que no querías y seguiste la senda de lo que sí. En ella estás ahora, lejos o cerca, pero en ella. Quizá te pare la próxima vez y te recuerde uno de los escalones por los que pasaste ayer y el porqué de tus dudas cuando me ves. O a lo mejor no lo haga y deje continuar a esa casualidad mágica, a esa incógnita que me encanta ocultar en la mirada, mientras tu música me lanza a un baile por dentro.
El calor que asfixia se mezcla con el frescor de la ropa limpia por la ventana, entre niños y gitanas con flores te dejas marchar. Debería decirte algo, quizás después, tal vez mañana.

jueves, 14 de julio de 2011

Sobre la deshumanización de lo humano

Un día nació el ser humano con una serie de posibilidades, cualidades y características. Como cualquier otro ser de la Tierra, llegó a este planeta, porque en él se daban las condiciones justas y necesarias para el desarrollo de su vida. Tenía oxígeno que respirar, agua para beber y miles de minerales, nutrientes y aportes que la naturaleza a través de sus productos y recursos ponía al alcance de su mano y que le permitían la vida.
El ser humano además, como la mayoría de los animales, necesitaba un lugar donde cobijarse del frio en el invierno, de la nieve, de la lluvia o del viento. Así aparecieron las primeras cuevas que fueron evolucionando, gracias a la inteligencia y capacidades de este ser sin igual en el planeta y se convirtieron en las casas donde hoy habita.
Vemos, pues que el ser humano es un animal con unas necesidades mínimas y básicas para el desarrollo y la posibilidad de su existencia. Y que son: respirar, comer, beber, cobijarse.
Pues bien, un día un señor muy listo y un grupo de señores amigotes suyos decidieron crear algo tan ingenioso como dañino, el dinero.
Estos señores decidieron que el hombre iba a tener que pagar estas necesidades básicas (no olvidemos que la naturaleza se las cede de manera gratuita). Si quería comer, no le bastaría con ir a la huerta y alimentarse de lo que allí creciera, tendría que pagar dinero por ello. Lo mismo ocurriría con el agua y con el cobijo. Nada sería gratis.
El hombre ya no merecía la vida simplemente por estar en ella. Sólo merecería vivir si trabajaba para conseguir dinero con el que alimentarse, con el que tener un lugar donde dormir, con el que sobrevivir.
Este trabajo le robaría su tiempo, su vida, el hombre entraría rápidamente en la ironía más grande jamás inventada, viviría para trabajar y no al contrario. El trabajo asalariado le robaría su tiempo, todo el tiempo que, en un principio estaba pensado sólo para vivir. Además le robaría la posibilidad de dedicar su vida a estudiar, a aprender de las millones de cosas que hay por aprender y a trabajar sólo en aquello que le reportase beneficios para su supervivencia y para su persona. Por ejemplo el trabajo físico al cuidado de una huerta, de unos animales que le permitiesen comer. Y que además desentumeciese sus músculos y oxigenase con ese esfuerzo físico también su cerebro para pensar con claridad y salud. Por ejemplo también le robarían el tiempo libre para dedicar al estudio, a las pasiones, a las aficiones.
La frase “el trabajo dignifica al hombre” la debió inventar uno de esos señores. Sólo eres digno de vivir si trabajas para ello, si trabajas de sol a sol para comer, y vivir vivirás si es que te queda algo de tiempo para ello.
Yo prefiero afirmar que “La vida en libertad dignifica al hombre” sólo el derecho a vivir que el hombre tiene desde que nace le dignifica. Sólo la libertad de elegir cómo vivir y cómo sobrevivir dignifica al hombre. Sólo la posibilidad de realizarse como persona le dignifica. El hombre solo es hombre en libertad.
Todos tenemos derecho a comer, a beber y a dormir debajo de un techo que nos resguarde. Todos tenemos derecho a conseguir nuestros alimentos de la tierra de manera directa, a construir nuestras casas mediante nuestros medios y no pagando con dinero durante el resto de nuestras vidas a un banco. Si hay casas vacías y gente sin casa, tienen derecho a ocuparlas. Si todo esto te parece una locura es que hace tiempo que perdiste el sentido de las cosas, o tal vez te cuesta demasiado pensar en ello, porque la verdad a veces da miedo.
Locura es que unos señores controlen tu vida y te impongan cómo vivirla, locura es que tú lo aceptes, agaches la cabeza y llames utópico, soñador o iluso a gente que, seguramente sea mil veces más valiente que tú y que luchan por ser los únicos que lleven las riendas de su vida y por poder disfrutar los años que tengan que estar aquí de la vida tal y como desean vivirla. Allá tú con tu cordura, irá de la mano de tu miseria.

Ciento volando


Le acababan de robar lo más valioso, lo más preciado, y ni si quiera era consciente de ello. Todo ocurrió de manera gradual, primero empezó con ciertos tonteos y contactos poco importantes casi en la distancia. Imaginaba cómo sería todo si alcanzaba aquella situación. Todos lo hacían y él tenía que ser uno más, no podía quedarse atrás. Luego se afanó en la búsqueda deliberada y afanosa de solución a aquella posición de letargo con respecto al resto, al resto del montón. Cuando lo consiguió sumó una gran victoria a su trayectoria, esto sería un antes y un después en su camino. Poco a poco demandaban más de él, los primeros meses, los primeros años. Comenzamos a verle poco desde que triunfó en su propósito. Pero ya cada vez le veíamos menos. Estaba siempre fatigado, extenuado, dejó de hacer cosas. Se convirtió en un ser vago, sedentario, entumecido, o eso creemos, porque desde el fatídico día del reto final poco sabemos de él. Dicen que se despierta con el alba y pasa entre cables, paredes y papeles las horas hasta que llega la noche. Luego sólo le queda tiempo para estar rendido y harto de este ritmo al que le empuja el devenir. Descansa, come y duerme, por lo menos, puede sentirse afortunado, pues al finalizar la jornada ha conseguido amasar reales para seguir en este lugar, con este ritmo y con esta posición. A veces se para a pensar y planea que va a hacer cuando tenga tiempo. Pero no es consciente de que el tiempo ya lo tiene y está haciendo algo ya con él, lo de todos los días y así será hasta que decida cambiarlo. Mientras tanto en su camino se convierte en un mero espectador, en un testigo pasivo de las cosas, de sus propias cosas. Siempre posponiéndolas para esos dos últimos días de la semana, o a ese mes de libertad. Quizás piense que será mejor hacerlas cuando tenga tiempo. Pobre iluso ignorante de que el tiempo es el que es y no otro. Nadie le dará más tiempo que el que ya tiene, nadie le dará otra vida para dedicarla a vivir.

Libertad en cada rasguño de su piel


Cada rasguño en su piel, cada marca que surcaba los senderos de su cara le gritaba anhelos de libertad.
Su tez castigada, ni al sol, ni al frio, sino al no dormir, al aire contaminado de una ciudad, a los excesos a los que la gran urbe le sometía.
Ansiaba respirar, abrir los pulmones del todo y llenar sus adentros del frescor de un pinar, de la sal de la brisa del mar… de aire puro y limpio que le ayudase a limpiar su interior y se reflejase en su rostro con signos de fortaleza
Con sus pies sintiendo la humedad de aquella tierra y sus manos en contacto con cada hoja, cada tallo, arrancando las malas yerbas, allanando el terreno para dar paso a la vida, al crecimiento, se sintió más cerca que nunca de la naturaleza.
Sólo la naturaleza le daba libertad. Había algo que le había faltado siempre desde que vivía en aquella gran ciudad y, no fue hasta ese momento que se dio cuenta de lo que era exactamente. Antes, cuando vivía con la banda sonora de las sirenas de los barcos y el cantar de las gaviotas, acostumbraba a dar largos paseos en soledad. Esos paseos siempre solían ser cuando necesitaba estar tranquila, pensar, buscarse. Los paseos solían ser a orillas del mar, sólo su brisa le tranquilizaba, le daba aliento y la animaba a seguir y a ver las cosas de otro color. Sólo un baño en esas aguas conseguían hacerle olvidar todos los pesares y cargarle de energía para volver, un día más a empezar de cero.
Nada había en la gran ciudad equiparable a aquello, porque, si bien no había mar, tampoco había el más mínimo contacto con la naturaleza.
Fue allí, en aquel campo, lejos de su tierra, y también lejos del mar, donde volvió a sentirse parte de la naturaleza, y como tal, volvió a sentirse más viva que hacía mucho tiempo. Entendió que las personas estamos aquí al igual que cualquier otro elemento de la naturaleza, que somos parte de ella y que, por lo tanto necesitamos de ella. La naturaleza le devolvió la libertad de bañarse sola en un manantial de agua, desnuda en el agua más limpia y fresca. Fue descubriéndose a sí misma a medida que desenterraba los prejuicios y las tonterías que tienen en la cabeza los urbanitas y que les coartan su propia libertad.
Descubrió el agua que emanaba de la montaña pensó en el pudor que le produciría su desnudez al bañarse en él, miró a su alrededor y no encontró a nadie, solo el susurro de las ramas y las hojas de los árboles le hacían sentirse acompañada y se aventuró a quitarse una de las capas de su cebolla, se mojó la cabeza y con ello parte de su cuerpo y de la ropa que aún quedaba en él. Finalmente, escuchó sus propios instintos, dejó que tuviesen más fuerza que los convencionalismos o escrúpulos creados. Desnuda se aventuró en aquella agua fría y transparente que brotaba con fuerza. En ese mismo instante desapareció el pensar y emanó el instinto, el animal, la condición, el humano.
Disfrutó como una niña y por su interior corría de un lado para otro un enorme sentimiento de felicidad. Se sintió la persona más afortunada, la más plena. Entendió aquel conjunto de cosas, cada una en su sitio, en su lugar de manera perfecta. Entendió el regalo de lo simple, la belleza de lo pequeño, pero gigante a la vez. Su cuerpo, el agua, la tierra, el viento, el frescor de la sombra de los árboles, el sol, el cielo azul y todo unido y disfrutado a la vez, era, simplemente la perfección. Fueron cinco minutos de perfección. Todo cedido de manera gratuita y sin pedir nada a cambio por la naturaleza. Todo estaba allí para ella, todo estaba allí para disfrutarlo. Y sólo dependía de ella decidir disfrutarlo o vivir alejada de ello y tapiar su mirada con paredes de hormigón, asfalto y cemento.

lunes, 14 de marzo de 2011

Peter Pan


Hacía mucho que no me pasaba por aquí , he cambiado un poco el diseño hacia algo con lo que me sienta más representada o identificada. Hoy he estado en un congreso que dura hasta mañana. Parecía que iba a ser un tostón "Cien años de Peter y Wendy" habla de la mítica novela, de James M. Barrie, y que este año hace un siglo que se representó por primera vez en teatro...

Y es curioso hasta qué punto a lo largo de la historia han aparecido diferentes recreaciones de la figura de este mágico y carismático personaje y cómo la mayoría de nosotros nos sentimos interesados por él, identificados, cercanos, hasta incluso a veces sus propios creadores.

Es curioso también el descubrimiento del cuento de Peter Pan y las diferentes alegorías a las que hace referencia.

El miedo a crecer podría representar ese miedo a la socialización, a pasar a formar parte de una sociedad de adultos con rutinas y vidas serias... esé crecimiento que, según Freud corrompía al hombre, bueno por naturaleza, limpio por naturaleza. Esto se ve reflejado también en el país de Nunca Jamás, donde los niños, aislados del mundo real, no conocen sentimientos como el odio, los celos, pero tampoco el amor...

Allí los niños viven en una anarquía (aunque en cierta manera jerarquizada por la figura del propio Peter que ejerce muchas veces de líder)y la figura maternal, de las madres o del deseo de la propia Wendy de convertirse en la mamá de los niños perdidos simboliza en cierta manera la autoridad, la opresión.

Curioso, y curiosa también la comparación de esta obra con otras, así como las del escritor anarquista Robert A. Heinlein "Hijos de Matusalén" o "Tiempo para amar", novelas de ciencia ficción, donde su protagonista, Lazarus Long, tiene múltiples semejanzas con el niño Pan y de lectura recomendada. O también con "Mr Vértigo" de Paul Auster...

Mañana más así que ¡seguro que una ampliación sobre este tema caerá!

?lacidaR¿

Si pudieras por un momento olvidar los prejuicios y tan solo escuchar mi voz. Olvida aquello que te dijeron, los tópicos, los sobrenombres con los que los de arriba, los que manejan los hilos detrás del telón quieren que llames a las cosas. Olvida las palabras necias que no son más que palabras. Desmóntalas, cambia sus letras de lugar, muévelas a ver si encuentras algo detrás de ellas, léelas de atrás para adelante y de adelante para atrás… igual no es ese el significado que quieres darles, igual no son esas las palabras que quieres usar, igual esa forma de hablar no te pertenece, reflexiona, descúbrete.

Si pudieras por un momento observar el mundo, la realidad, como yo lo veo... Estoy deseando que te sientes un ratito, aunque sea, a mi lado en esta orilla que juntos veamos amanecer, anochecer o ninguna de las dos cosas si no nos apetece. Poder contarte cómo siento y cómo pienso de, en, por y a este lugar, es decir, como soy y lo que creo de este sitio en el que nos tocó vivir…
Pero sin analizar lo que te digo buscando una cajita en la que meterme, alguien quiere que pienses de una manera mucho más reducida de lo que realmente podrías hacerlo. Quieren que pienses en casillas y no en individuos. Yo no habito ninguna casilla, ni me gusta que así pienses, rompe las casillas, son frágiles, son de cristal y con tan sólo un golpecito de tu dedo las destruyes, si quieres. Elimínalas y ponte las gafas de los individuos particulares y únicos. Escúchame a mí por quién soy y no me relaciones ni me asocies, no me metas ni me saques, déjame tal y cómo estoy, tal y como soy, déjame sola, individual.

Si consigues hacerlo igual descubres que no hay tantas cosas que nos separan. Todos somos muy parecidos y a veces, a base de escuchar lo que piensan los demás eres capaz de iniciar reflexiones que te acercan a ellos, pero que te acercan aún más a ti mismo. Reflexiona para descubrirte, descubre qué piensas y qué sientes ante las cosas que te rodean. Forja tu forma de ser, pero también ten claras unas ideas de cómo quieres vivir aquí. Si lo intentas será la mejor aventura que jamás soñaste iniciar…

¿Nos sentamos junto a estas maravillosas olas y te cuento cómo veo el mundo y cómo me gustaría que fuese?

Lo menos que quisiera es que pienses que deseo convencerte, en absoluto, sólo quiero estimularte, no me interesa que pienses igual que yo, me interesa que pienses distinto, que se encienda la chispita en ti, que crezca poco a poco una llama, que tengas claro cómo eres, que reflexionemos, que las diferencias me estimulen a mí, que las similitudes nos unan para cambiar lo que no nos guste. Pero sobre todo me interesa acercarme a ti, ampliar horizontes y descubrir las infinitas cosas que aún he de conocer de mí misma…